A la hora de preparar una boda, nos dedicamos aproximadamente un año a ultimar todos los grandes y pequeños detalles y cuando llega el gran día, se nos pasa volando. Es en este momento en el que te planteas qué hacer con el vestido de novia. Por eso mismo, hemos decidido daros unas cuantas ideas para poder sacarle el máximo partido, para no tenerlo aburrido en una percha dentro del armario.
Seguro que no te costó mucho elegirlo, porque fue un flechazo y además te sentaba de maravilla. Un atuendo tan mágico, elegante, blanco, perfecto y al mismo tiempo único. Por este mismo motivo no vamos a dejar que lo dejes apartado de tu vida, porque es el momento en el que tu vestido puede tener más valor.
Cierto es que con los tiempos que corren no se suelen guardar tanto los vestidos como años atrás y sabiendo todas las posibilidades que tenemos a la hora de utilizarlo, ¿para que plantearse tenerlo guardado? Muchos son los motivos por los que preferimos no guardarlos: el valor nostálgico, el valor económico o simplemente el ahorro de espacio.
Tu boda ha sido uno de los días más maravillosos de tu vida, y por ese motivo has llevado el vestido en situaciones de todo tipo: conversaciones, bailes, comidas, etc. La mejor opción es llevarlo a la tintorería para que luzca como el primer día, como si fuera nuevo.
En este momento eres tú la que decide qué hacer con su vestido. Como primera opción puedes alquilarlo, de esta manera puedes ir recuperando el dinero que te costó en su día. La crisis está a la orden del día, así que es una opción más que interesante, tanto para ti como para quien no puede hacerse con un vestido nuevo. Existen muchos negocios que se dedican a esta actividad, las mismas tiendas de vestidos de novia, tiendas vintage, tiendas de segunda mano… hasta incluso puedes hacerlo a través de internet.
Si por otro lado prefieres deshacerte del vestido, existe la posibilidad de venderlo, claro que de esta manera toda la inversión económica que hiciste para comprarlo no la recuperarás, puesto a que ya ha sido utilizado. Hay muchas páginas web especializadas en esta actividad. Algo similar pasa con las subastas, las cuales también son una muy buena opción.
Llegamos a la idea más interesante. Si por el contrario no te apetece deshacerte de tu vestido ni que otra mujer lo lleve puesto, puedes reconvertirlo en otro. ¿Interesante verdad? Las opciones son muchas: teñirlo, cortarlo, ponerle detalles… en definitiva un montón de opciones que harán el vestido todavía mucho más bonito. Es la mejor manera de conseguir un vestido único para ocasiones especiales.
Pero si prefieres tenerlo como recuerdo, no vamos a hacer que descartes la idea. Puedes guardarlo hasta que te canses, puedes prestarlo, hasta incluso volverte a casar con él, siempre y cuando no creas en los tópicos que dicen que casarse con el mismo vestido de novia dos veces da mala suerte.
Esta decisión tienes que tenerla muy clara y lo mejor es que guardes el vestido de novia hasta que realmente estés decidida por una de estas opciones, que como has visto, son muchas y seguramente muchas de ellas nunca se te hayan pasado por la cabeza.