No hay dos novias iguales. Esto es una realidad, al igual que tampoco hay vestidos iguales. Es por esto que se suele decir que en la variedad está el gusto y ya son muchas las novias que deciden alejarse del típico vestido de novia blanco y apuestan por otros colores más atrevidos para el día de su boda.
El blanco es un color que probablemente no quede bien a todas las novias por diversos motivos, entre los que destaca el color de la piel o la silueta de la persona. Estos son normalmente los motivos más comunes a la hora de escoger un vestido de novia que no sea blanco, aunque a la hora de la verdad, pueden ser motivos varios o simplemente que quieran romper con la tradición y apostar por el atrevimiento.
Hay un color, el cual no es muy común en los vestidos de novia, pero que los diseñadores poco a poco van incluyendo en sus colecciones. Se trata del color plata y su escala de grises que este puede abarcar. En la actualidad, todavía no es un color demasiado escogido por las novias, pero esto no significa que ya muchas lo hayan lucido en el día más especial de sus vidas.
Es común que todas las mujeres prefieran el color plata para la bisutería de novias y accesorias, pero muy pocas se atreverán a llevarlo como color principal de su vestido. Este color se adapta perfectamente tanto a las ceremonias civiles como a las bodas por la iglesia.
Si te has decidido y quieres empezar a buscar tu vestido plateado, no olvides utilizarlo en la decoración y en el diseño de tu boda, ya que es un color con mucha importancia, que aporta elegancia y sofisticación si conseguimos combinarlo con un color que le contraste lo suficiente.
El color plateado lo puedes utilizar en las invitaciones, las telas, los satines, las cintas, los manteles, los protectores de las sillas, etc. Si has decidido que el color plateado acompañe a la cristalería, estarás dotando de una sensación de refinamiento y clasicismo a tu boda impresionante.
Lo que no deberías hacer sería recargar demasiado ningún espacio, aunque el color plateado o el gris no tiene esta capacidad, sino todo lo contrario y dota de glamour todo lo que rodea, pero cuidado, porque hay que tener mucha mano con el color.
El color plateado va muy bien con las bodas en invierno, ya que podrás combinarlo con colores fríos, siendo el plateado el principal. Verás lo bien que queda con los azules y blancos, en especial con todos aquellos colores que transmiten frescura. Si quieres acertar, prueba con el lila. Es poco común asistir a una boda donde el color predominante sea el plata, así que si te has decidido, será un detalle muy bien recibido por todos los asistentes.