Llevábamos mucho tiempo esperando la que sin duda es la boda del año: Alejandro Santo Domingo y Charlotte Wellesley ya son marido y mujer. La pareja escogió la localidad de Illora en Granada para celebrar el evento. De entre los invitados destacan Camila de Cornualles, Andrea Casiraghi y el rey emérito español Juan Carlos. A parte de los novios y los invitados, los protagonistas fueron el viento y las amenazas de lluvia, pero a pesar de ello, la celebración transcurrió según lo previsto.
Illora es una pequeña localidad situada en la provincia de Granada y cuenta con unos 10000 habitantes aproximadamente. Lugar que la novia conoce desde que era muy pequeña, el cual se volcó por completo con la celebración de su enlace, ninguno de los vecinos quiso perderse la boda de la cuarta hija del duque de Wellington y el segundo hombre más rico de Colombia.
El templo del siglo XVI de la localidad fue el lugar escogido para celebrar la ceremonia, y aquí es donde la gran mayoría del pueblo esperaba ver a los novios desde las 12 del mediodía. Allí se plantaron con sus sillas para poder estar cómodos y no perderse ni un detalle de lo que pasaba horas antes de la boda, ya que los invitados no empezaron a aparecer hasta pasadas las 5 de la tarde.
Siempre preocupados por la previsión meteorológica ya que había amenaza de lluvia, empezaban a llegar los invitados más ilustres de la boda a la que asistieron más de 300 personas, de entre los que destacamos además de los ya citados a Eva Herzigova y su marido Gregorio Marsiaj, además de muchísimos miembros de la nobleza inglesa y empresarios importantes de Colombia.
Charlotte, la novia, aparecía cogida del brazo de su padre, el cual estaba muy emocionado, sonriendo y muy guapa, luciendo un vestido de corte clásico de Emilia Wickstead de manga larga, hombros descubiertos, de un tejido con mucha caída acompañado de un largo velo y el pelo recogido. Charlotte escogió unos zapatos verdes que combinaban perfectamente con el ramo de flores. Los pendientes que lució eran de su madre.
La ceremonia duró una hora y media. Al acabar, la pareja ya convertida en marido y mujer, salió a saludar a todos los que se desplazaron hasta allí y a posar para los medios de comunicación. La celebración del banquete tuvo lugar en la finca La Torre, propiedad del dique de Wellington. Todos los asistentes se sentaron en dos mesas muy largas y disfrutaron de la música en directo de Bryan Ferry. Para el momento del baile, la novia llevó el pelo suelto adornado con flores y realizó un cambio de vestido, utilizando para esta ocasión uno de tirante ancho de la misma tela que el anterior, pero esta vez más ligero y más largo.