El crop-top es una tendencia que lleva con nosotras un par de temporadas. Pero no ha sido hasta la presentación de colecciones de novia para el 2014 que no lo hemos visto en la colección nupcial. La cuestión es una maxifalda tipo lápiz, globo o princesa dejando el ombligo al aire con un top corto por debajo de la línea del pecho.
Se trata de una tendencia estrella de los años 80, siendo Madonna una de las que más de moda lo pusieron, seguido de la película Flashdance, convirtiéndose en una tendencia copiada por adolescentes de todo el mundo. En los 90 se convirtió en las camisetas ombligueras y actualmente, 20 años después, lo tenemos de nuevo con el crop-top extendido en las colecciones más importantes de moda, incluso de moda nupcial.
La clave para acertar con esta tendencia es: si el top es ceñido, la falda debería ser de línea fluida, de encaje, aunque también pueden ser útiles las minis de estilo bombonera, con las que ayudar a compensar la figura. El crop-top de novia, como norma general, será un poco más largo.
Aunque pueda parecer lo contrario, no es obligatorio tener unos abdominales de infarto, ya que en el caso de los vestidos de novia, los tops suelen alargarse hasta el ombligo, o suelen cubrir la piel de la espalda y vientre con transparencias. Lógicamente, lo que pretendemos es lucir un crop-top sin faltar al protocolo eclesiástico.
El crop-top comparte las ventajas que otro tipo de vestidos de dos piezas, ya que permiten utilizar las diferentes partes del vestido por separado, pudiendo jugar además con el color.